Episodio 1

Érase una vez un hombre viudo que logró hacer fortuna invirtiendo en criptomonedas. Tenía una hermosa hija, una joven emprendedora, empeñada en cambiar el mundo, y que utilizaba el dinero de su padre para desarrollar una solución que permitiese obtener agua potable y alimentos en cualquier parte del mundo.

Cuenta la historia, que el hombre conoció a una bella mujer a través de una aplicación de citas y que poco después de hacer match ambos se casaron. La mujer convenció al hombre y a su hija para que vivieran en Andorra con ella y con sus dos arrogantes hijas, que se habían convertido en influencers y lograban vivir de ello.

Tiempo después, el hombre falleció de manera repentina, por lo que el control de la fortuna familiar pasó a manos de la madrastra, quien decidió no seguir financiando el proyecto de su hijastra y comenzó a destinar el dinero a realizar campañas de marketing online para que sus hijas consiguieran nuevos followers, ganaran notoriedad y lograran incrementar el valor de su marca personal.

La joven buscó el modo de seguir adelante con su ‘start up’ y comenzó buscando subvenciones para I+D, solicitando créditos a bancos, participando en rondas de inversión y en iniciativas de crowdfunding, pero era un proyecto muy ambicioso que suponía una gran inversión y no encontró el modo de financiarlo, por lo que tuvo que asumir las condiciones que le imponía su madrasta para hacer frente a las deudas que actualmente ya tenía contraídas y comenzar a trabajar como técnica de mantenimiento en la empresa familiar.

Mientras su madrastra y sus hermanastras se hacían selfies y publicaban videos en Tik Tok, la joven se esforzaba por darlo todo en el trabajo: atendía a los clientes, estaba pendiente de los proveedores, proponía mejoras en los procesos, se anticipaba a lo que la empresa podía necesitar. Se podría decir, que era una emprendedora que trabajaba para una organización, en la que tan sólo pretendía agradar y promocionar.

Una noche, la hermosa joven se quedó dormida sobre la mesa del salón, mientras escuchaba un pódcast sobre la Industria 4.0, tratando de averiguar qué aspectos se podrían mejorar en la organización para la que trabajaba. Cuando despertó, descubrió que su cara había sido puesta sobre un cenicero y que sus hermanastras estaban fotografiando su carita llena de ceniza, para subirla a las RRSS.

Las fotos se hicieron virales y desde entonces todos comenzaron a llamarla Cenicienta 4.0.

A pesar de todo, Cenicienta 4.0, nunca perdió la esperanza de dejar de ser una mileurista, y seguía planteando iniciativas para mejorar la productividad de la empresa. En esta ocasión, convenció a su madrasta para contratar a Infonova, una consultora tecnológica, para que implantasen una solución que le permitiese gestionar de forma más eficiente las Ordenes de Trabajo que debía ejecutar. Para convencerla, le mostró como podría supervisar con mayor detalle su trabajo, pero, en realidad, lo que pretendía era un aumento salarial, haciéndole ver la cantidad de tareas que realizaba en su jornada laboral.

Infonova, se puso en marcha y colocó un tag NFC en cada activo de la empresa e instaló una app, llamada MovilGmao, en el dispositivo móvil de la joven. Con esta solución, Cenicienta 4.0, podía escanear el TAG que llevaba asociado cada activo y visualizar en su dispositivo móvil todos los partes de trabajo que tenía asignados o un checklist con las tareas que debía realizar para efectuar el mantenimiento preventivo de la máquina.

Sin embargo, aunque la solución implantada también mostraba el tiempo empleado en cada tarea y las horas extras realizadas, el aumento de sueldo nunca llegó. La madrasta resultó tener un corazón oscuro y era malvada.

Cenicienta 4.0, vivía tiempos difíciles. Trabajaba y estudiaba mucho, cobraba poco y no tenía mucho tiempo para relacionarse. Dormía en el sótano de la casa, a donde apenas llegaba la wifi (era inhumano), mientras que sus hermanastras ocupaban habitaciones perfectamente amuebladas, con vestidores llenos de ropa y disfrutaban de una Smart TV con todos los canales de pago y juegos como la PlayStation 5.

Un día, sus hermanastras recibieron un email del rey, invitándolas al baile de San Valentín, un evento que se celebraba en palacio al que estaban invitados todos los jóvenes solteros del reino. Estaban como locas y no tardaron en publicarlo en las RRSS.

Pero, ella estaba soltera y no había sido invitada. ¿Por qué Cenicienta 4.0 no fue invitada a la fiesta?

Continuará…